Los proyectos de Bicicletas sin Fronteras no tendrían sentido, evidentemente, sin las bicicletas.
Por eso, uno de los días más importantes para nosotros a lo largo del año es el día en el que antes del amanecer llega un contenedor vacío a las puertas de nuestro almacén y, mientras va saliendo el sol, empezamos a llenarlo con decenas de bicicletas de colores brillantes que en pocas horas partirán hacía su destino en Senegal.
Hoy, 4 de octubre, ha sido uno de esos días.
Una pequeña brigada de Fundación Astres y Eina Activa, compañeros de almacén y de desventuras, nos han ayudado a lo largo de toda la mañana, para que las bicis fueran subiendo poco a poco dentro del enorme cajón del contenedor, que al final de la mañana casi se nos había quedado pequeño.
Las bicis ya han salido rumbo a Senegal. Ahora toca ir allí a recibirlas y repartirlas.
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