Bicicletas sin Fronteras, además de un gran proyecto de solidaridad y cooperación, es también una familia de personas comprometidas en hacer este mundo un poquito mejor.
Entre todas estas personas que forman parte de la familia, y en la que incluimos a colaboradores, patrocinadores, amigos, alumnos, receptores, donantes, etc. hay un pequeño grupo que constituye el motor de todo ello: es el corazón de este proyecto.
Ellos son Tamsir, Laye, Omar, Idy, Modu, Romà e Inès. Cada uno tiene su función, cada uno aporta algo importante al proyecto y, entre todos, avanzamos a buen ritmo hacia nuevas metas. Tamsir es el veterano del grupo; ha trabajado en el mundo de la educación desde hace años y es el consejero y sabio que guía las decisiones para que el proyecto se adapte a la cultura local y fluya con el mínimo de obstáculos. Laye, Omar, Idy y Modu son los mecánicos, los hombres fuertes y jóvenes que cuidan las bicicletas para que estén siempre a punto para llevar a los chicos a clase. Omar está en el proyecto des del primer día y ha crecido con nosotros, ya es padre de familia y se hace cargo de las bicis del Lycée de Palmarin. Los hermanos Gueye, Idy y Modu, de Samba Dia y étnia bambara, son trabajadores incansables. Idy, el inventor, coordina y supervisa los trabajos con una gran experiencia y atención; Modu, su hermano mayor, ha perdido su timidez inicial y es un gran portavoz del proyecto y cada día sensibiliza a los alumnos del Lycée de Fimela sobre la importancia del proyecto cuando acuden al taller a reparar las bicis. Y Laye es todo energía; y la contagia al resto. Él hace que Point Vélo sea un éxito con su gran visión comercial y de marketing. Y luego están los "toubabs", Romà e Inès, que procuran adaptar su visión del norte a los ritmos del sur. Romà trabaja de sol a sol al lado de la gente local, dando ejemplo y mostrando que todo se puede conseguir con trabajo y tesón. Se ha ganado el respeto de los directores de los institutos, de los alcaldes y de la mayoría de la gente del pueblo; y aunque sigue siendo un "extranjero", pocos ponen en duda el valor de sus gestos. E Inès les acompaña a todos y recoge sus historias, escribe notas, saca fotos e intenta documentar todo lo que construimos, para después contarlo al mundo.
Si Bicicletas sin Fronteras fuera una bicicleta, tal vez podríamos decir que este equipo es la parte más importante: el ciclista que pedalea cada día para llegar más lejos.
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